La evaluación psicológica es la disciplina de la psicología científica que se ocupa de la exploración y el análisis del comportamiento de una persona (pareja, familia o grupo), a los niveles de complejidad y con los métodos científicos de recogida de información que se estimen oportunos. Esto se realiza a demanda de un cliente que plantea distintos objetivos básicos o aplicados como la descripción, clasificación o diagnóstico, predicción, selección, intervención de la persona o grupo sobre el que se realiza la evaluación. Todo ello se lleva a cabo a través de un largo proceso de formulación de hipótesis, toma de decisiones y solución de problemas, derivado del método científico.
La exploración implica la recogida de información sobre el comportamiento del individuo o grupo. El análisis consiste en interpretar los datos recogidos de cara a construir un juicio o modelo del funcionamiento del individuo o grupo en su medio ambiente general o en un contexto particular.
En las sociedades modernas, la psicología presta servicio en muy diferentes ámbitos, desde la salud (tanto la mental como en general), la educación, el trabajo y las organizaciones, la administración de justicia, los servicios sociales o la intervención en catástrofes. En ocasiones, las personas acudirán a un profesional de la psicología para solicitar ayuda u orientación acerca de un problema de salud mental, o para recibir una orientación profesional, o para solucionar un problema de pareja o de educación de los hijos. En otras, las demandas vienen de instituciones como los tribunales de justicia, protección civil o servicios sociales.
Cada uno de estos ámbitos tiene unas peculiaridades en la forma de abordar la evaluación.
La evaluación psicológica en diferentes contextos
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Evaluación de la conducta patológica
Evaluación de la personalidad y el temperamento
Evaluación infantil y adolescente
Evaluación psicológica forense
Los instrumentos y procedimientos de recogida de información vienen en gran parte determinados por la demanda de evaluación y los comportamientos que se quieren estudiar. Por ello, la evaluación psicológica utiliza no solo los tests, sino cualquier otro procedimiento científico que se preste bien a recoger la información necesaria para tomar las decisiones que el problema planteado requiere.
Instrumentos y procedimientos de evaluación psicológica
La cuestión principal que plantea la evaluación psicológica no es qué tipo de instrumentos utilizar, sino más bien qué información es necesario recoger. Qué tipos de instrumentos son los más adecuados viene determinado en gran parte por el tipo de información a recoger. Dado que con frecuencia se necesita más información de la que ningún instrumento aislado puede proporcionar, se hace necesario recurrir a varios de ellos.
Así pues, en la evaluación psicológica queda perfectamente delimitada la diferenciación entre qué se evalúa (variables del comportamiento), con qué o cómo se evalúa (instrumentos, técnicas o procedimientos de recogida de información), y para qué se evalúa (finalidad u objetivo: descripción, orientación, selección, clasificación, predicción, explicación, cambio y/o valoración) (Fernández-Ballesteros, 1980). Como hace tiempo señalaron McReynolds (1971) y Fernández-Ballesteros (1997), la evaluación psicológica se caracteriza por el empleo de varios tipos de información y, de forma derivada, por el empleo consiguiente de instrumentos, técnicas y procedimientos variados. Por ello, la evaluación psicológica se caracteriza más por las funciones a las que sirve que por los instrumentos que utiliza. Es un error, pues, equiparar la evaluación psicológica con la tecnología de test (testing), atendiendo a un único tipo de instrumentos, o con psicodiagnóstico clínico, atendiendo a una única finalidad.
La evaluación psicológica se realiza a través de un proceso; esto es, una serie de pasos secuencialmente ordenados a través de los que se tratan de plantear hipótesis sobre el caso de que se trate, seleccionar instrumentos y otras muchas tareas que se ajustan a lo que la psicología básica considera resolución de problemas; en otros términos, que lo que se hace en un determinado momento depende de los resultados obtenidos en el paso anterior. El proceso de evaluación depende de las decisiones que se toman según el problema y la demanda planteados, la persona o grupo que se evalúa, las limitaciones de tiempo y de otro tipo existentes, y de muchos otros factores intrínsecos y contextuales (Maloney y Ward, 1976).
Cohen, et al. (1996). Psychological testing and assessment. Myfield Co. Mountain View: CA.
Fernández Ballesteros, R. (1980). Psicodiagnóstico. Concepto y metodología. Madrid. Cincel-Kapelusz.
Fernández-Ballesteros, R. (1992). Introducción a la evaluación psicológica. Madrid: Pirámide.
Fernández-Ballesteros, R. (1997). Evaluación psicológica y tests. En A. Cordero, A. Ávila-Espada, S. Ballesteros, V. del Barrio, Mª J. Benedet, y A. Vera (1997). La evaluación psicológica en el año 2000 (pp. 11-25). Madrid: TEA.
Goldstein G y Hersen, M (1990). Handbook of Psychological Assessment. Pergamon Press:Nueva York.
Maloney, M. P. y Ward, M. P. (1976). Psychological assessment: A conceptual approach. Nueva York, NY: Oxford University Press.
McReynolds, P. (1977). Introduction. En P. McReynolds, Advances in psychological assessment Vol. 4, (pp. 1-10). Palo Alto, CA.: Science and Behavior Books.